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El Arañazo

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Poesía ajena

No-fotos se tomaron en el no-recital!

Nuestros desgarradores agradecimientos a todos aquellos que asistieron al no-recital de enero 2013, el primer evento que cuenta con todos los Arañadores residentes en República Dominicana. Agradecimientos también a Luis Carvajal por documentar esta noche poética con todos sus antojos y su informalidad! Aquí algunas de sus fotos:

Poesía ajena: Oda para otro idioma – Manuel del Cabral

En su natalicio, los arañadores rendimos homenaje a Manuel del Cabral, su trayectoria y su legado.

Hombre que hablas inglés,
tu sonrisa
viene cuando hace ratos que han llegado
tus pies.

Hombre que estás callado no callando,
dímelo, tú, no hablando:
¿Con qué metal acuñas
este brillo que hoy juega en tu sonrisa:
la que nos llega tarde, más tarde que tus uñas?

Pero aún en la espuma de tu sonrisa hay olas,
hay un pez educado que a su hora es cuchilla.
La geografía misma no quiere ser sencilla,
y parece que a ratos hasta piensa tu roca:
¡no ves que ante el Caribe, como si nos buscara,
la Florida es un diente que le crece a tu boca!

Pero no, que no es
el cocotero simple que gotea su coco
lo más duro que ves:
si la isla que tiembla en este poco
de sudor de pupila, se le rueda a los negros,
con esa gota lavan algo más que la piel…

Esto el aire lo sabe, mientras tanto
el ron escribe equis con tus pies de turista,
y la isla, la isla, me la pisa tu vista.

Se ve que por aquí,
tú vienes blanco, pero tus negocios…
como la piel de Haití.

Mas ya pisando el blanco silencio del mulato,
con sus ruidos redondos … tu barato
volumen anatómico pasa fragante a pipa,
y así, sobando perlas para cuidar tus tripas,
llegas oliendo a superficie cuando,
el hombre es por aquí
duro por fuera, mas por dentro, blando:
es como el coco que lo parten y…
para aquel que lo pica,
le da blancas entrañas, como cuando sufriendo
se parte en dos la cara, riendo la Martinica.

Sí, esto también lo sé, sí,
cubriendo el horizonte sólo veo
tu corpulento instinto de civil jabalí.
Y también todavía mi casa es grande, pero…
siento ahora que pesan, más que ayer, tus zapatos.
A fuerza de tu sombra, se hace el sol más mulato,
Del tamaño del mapa se te ponen los pies.
Es que de pronto suelta tu sonoro amarillo
un huracán que viene del bolsillo,
huracán que a la vez
juega con las Antillas,
y como la sotana cuando pasa,
pone de rodillas
los de casa…

Ya ves,
hombre que hablas inglés.

Tu sonrisa
viene cuando hace ratos que han llegado tus manos
y tus pies…

Manuel del Cabral. Poeta, escritor y novelista nacido en Santo Domingo, República Dominicana en 1907. Es la figura más importante en la lírica moderna de su país y la que justamente ha logrado una mayor proyección continental. Fue denominado junto a Nicolás Guillén como  uno de los más fieles representantes de la poesía negra, convirtiéndose en un permanente defensor de los derechos de su pueblo. Siendo todavía adolescente se radicó en los Estados Unidos, y luego recorrió diversos países sirviendo en el cuerpo diplomático, para radicarse por muchos años en Argentina reconocida por él como su segunda patria. Su vasta obra abarca varios géneros de la poesía, sobresaliendo especialmente sus «Doce Poemas Negros», «Compadre Mon»  y «Trópico Negro». En 1992 recibió el Premio Nacional de Literatura. Falleció en Santo Domingo en 1999.

Poesía ajena: Agonías de Distancia – Zacarías Espinal


Ojos de kandelis… y de gemas,
… como Nebráskas de ultramar, felinos,
desnudan avideces hukelinos
con el opio de todos los poemas.

L. y H. de ag-agent… emblemas
17 de Aská, Krelim de okinos:
vertidos de Hara-dam en mortecinos
kaleidoscopios de udarán zemas…

detiene Utilio su tritón: Evencio
como histérico juat, en el silencio
armoniza con Tell… Horan recelos:
Kologs-Lys desfallece con Critéa,
mienras tus ojos de rimel y tea
suprimen la ignorancia de los cielos.

Santo Domingo. Abril de 1928
Zacarías Espinal (San Cristóbal 1901 – Santo Domingo 1933) Poeta dominicano. Dejó una obra singular y breve como su propia existencia. Dueño de una imaginación viva y alucinante, como correspondía a un frecuentador de los paraísos artificiales, su estilo, aunque apegado a la tradición modernista especialmente a Julio Herrera y Reissig propugna por una extrema libertad, llegando a abolir el concepto y a traspasar los límites ideales de la palabra. Siempre en busca de nuevos efectos sonoros recurre a «palabras extrañas», nombres de «deidades o ciudades budistas, como persas o griegas», según afirma su recopiladora Ligia Espinal de Hoetink, y a otras de su propia invención, creando entre nosotros el tipo de poemas que Alfonso Reyes denominó «jitanjáforas» al comentar igual procedimiento usado por el poeta cubano Mariano Brull. Como ha dejado constancia Max Henríquez Ureña, Zacarías Espinal se adelantó a Mariano Brull en la creación de este juego idiomático. Se declaró vedrinista como una reacción al excesivo realismo que los postumistas habían introducido en nuestra poesía. En su mayoría su obra consta de sonetos, uno que otro poema versolibrista y algunos poemas en prosa. Su muerte prematura, ocurrida en Santo Domingo el 24 de septiembre de 1933, y ocasionada por el exceso de morfina, provoca manifestaciones de duelo entre sus admiradores que veían en él a un representante de los simbolistas franceses y de las escuelas europeas de vanguardia.

(Imagen: Iván Tovar, artista plástico dominicano)

Poesía ajena: Los escribidores – Pedro Gil (ecuatoriano)

Los escribidores

a los distinguidos y tozudos
poetas de una ciudad anónima

así que bebieron purgantes de neologismos para gramaticar el verbo
así que con el diccionario en el bolsillo
circulan las calles,
sufren, asisten a los concurso del engaño,
hablan de la artritis de la vecina y de sus libros que no leyeron.
sueñan que metaformosean el mundo,
sueñan con la verga de la eternidad
y que son inmortales.

y están convencidos, están bárbaramente convencidos,
nacieron con los nombres más perfectos de un poeta.

lo desastroso es que no saben que cada uno es una
circunscripción del olvido y que la inteligencia
de sus versitos
reposa en la imaginación de las moscas
y les tengo lástima.
no sé, tengo tanta lástima, al verlos triviales, invidentes,
tan pequeñitos, gorjeando en todas
las mesas
redondas de la acidia,
creando metáforas de purísimas ganas.

y huyen de mí,
temen mi presencia, lo saben bien estos enanos
locuaces.
soy un tímido universo.
y sinceramente soy grande.
indeleblemente grande,
irreductible, indestructiblemente
grande.

y les preocupa y lo niegan,
lo cual es cotidiano.

pero míralos como gesticulan,
míralos como decretan irrisorias leyes,
pregúntales todo lo que quieras,
sólo ellos pueden meterse la luna al corazón.

Y piensa bien esto:
en un sitio cronométrico de mi ciudad anónima, de todas las ciudades
anónimas,
encontrarás siempre a filósofos que se
masturban
metafísicos del alcohol,insolentes micropoetas badulaques.

y cuando literalmente machaco la lógica de la palabra:
pienso, imagino, creo, deduzco:
los legalizados inolvidables poetas,
mis gigantes poetas,
en sus tumbas cabreados se asustan de tanto desperdicio
de poemas.

en la tierra me cabreo yo.

yo soy esos poetas.

 

Pedro Gil  (Manta, Ecuador, 1970 o 71). Profesor del taller literario de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. Poeta de reconocimiento nacional e internacional. Críticos y escritores exigentes coinciden en que es el mejor y más original poeta de su generación. Ha publicado Paren la guerra que yo no juego (1989), Delirium Tremens (1993), Con unas arrugas en la sangre (1997), He llevado una vida feliz (2001- antología poética que incluye: Los poetas duros no lloran) y Sano Juicio  (2003).  Este año prevé publicar con el sello Mar Abierto su libro de poemas Crónico.

Poesía Ajena. Xavier Villaurrutia.

A partir de hoy y dos o tres veces a la semana estaremos publicando poemas de otros autores que nos gustan y que son escasamente conocidos. Comenzamos con el poeta mexicano Xavier Villaurrutia.

 

Nocturno en que nada se oye

En medio de un silencio desierto como la calle antes del crimen
sin respirar siquiera para que nada turbe mi muerte
en esta soledad sin paredes
al tiempo que huyeron los ángulos
en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre
para salir en un momento tan lento
en un interminable descenso
sin brazos que tender
sin dedos para alcanzar la escala que cae de un piano invisible
sin más que una mirada y una voz
que no recuerdan haber salido de ojos y labios
¿qué son labios? ¿qué son miradas que son labios?
Y mi voz ya no es mía
dentro del agua que no moja
dentro del aire de vidrio
dentro del fuego lívido que corta como el grito
Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro
cae mi voz
y mi voz que madura
y mi voz quemadura
y mi bosque madura
y mi voz quema dura
como el hielo de vidrio
como el grito de hielo
aquí en el caracol de la oreja
el latido de un mar en el que no sé nada
en el que no se nada
porque he dejado pies y brazos en la orilla
siento caer fuera de mí la red de mis nervios
mas huye todo como el pez que se da cuenta
hasta ciento en el pulso de mis sienes
muda telegrafía a la que nadie responde
porque el sueño y la muerte nada tienen ya que decirse.

 

Xavier Villaurrutia. (Ciudad de México, 1903) Fue un poeta y dramaturgo mexicano. Desde sus estudios de preparatoria inició amistad con Salvador Novo y Torres Bodet, con quienes más tarde reunió a una pléyade de intelectuales del siglo XX mexicano, conformando la Generación de los poetas Contemporáneos. Aunque inició estudios de Derecho, pronto los abandonó para dedicarse enteramente a las letras.  Fue becado por la Fundación Rockefeller para estudiar teatro en la Universidad de Yale. En 1928, fundó el Teatro de Ulises, foro de teatro experimental.  Murió en 1950, y pocos años después los escritores mexicanos instituyeron un Premio Nacional para honrar al mejor libro publicado durante el año editorial.

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